viernes, 22 de julio de 2016

Brinks, un perrete que no puede dejar de sonreír.

Los pit bull sufren del estereotipo de perro peligroso y mucha gente los rechaza o los adora. Pero sea cual sea tu postura, seguro que te es difícil no sucumbir a la sonrisa permanente de Brinks, un pit bull rescatado.
Jon iba por las calles de Brooklyn paseando con su perro Demo cuando ambos se toparon con este pit bull. Brinks estaba solo y vagabundeando por las calles. Jon intentó encontrar al dueño, pero después de un tiempo, todo apuntaba a que no iba a aparecer.
Cuando fue rescatado de las calles, Brinks tenía tan solo 11 meses y desde entonces no ha parado de sonreír. Hasta cuando está durmiendo no puede dejar de tener esa preciosa sonrisa.



Han pasado muchos años desde que Jon trajo a Brinks a casa, pero eso no ha hecho que abandone su mueca de felicidad. Esa enorme sonrisa sigue conquistando a todos una década después.
Y, además, es contagiosa. ¿O no estás sonriendo tú también? Es imposible estar triste con una mascota así.
Es un perrete feliz, sin duda.
Podéis seguirlo en Instagram @smilingbrinks





No hay comentarios:

Publicar un comentario